Caricias
Hoy el cambio de hora ha actuado sobre mi cuerpo y al despertar me he sentido invadido por la caricia irresistible de la primavera. Eso ha hecho que mi sensibilidad se crezca como un baobab y mis poros rezumen anhelos de sentir. Me lancé a la calle, ojos encogidos por el brillo irresistible de los rayos solares y, si cabe, el olor penetrante y sensitivo del azahar me abrían aún más el deseo de acariciar y ser acariciado. Te eché mucho de menos y me embargaron deseos de sentir tu piel pegada a la mia, tu cuerpo recogido entre mis brazos, tus labios entrecruzándose con los míos mientras pronunciábamos palabras mudas de amor, mi cara restregándome contra tu cuello inabarcable y tembloroso, mientras nuestras manos curiosas, atrevidas y juguetonas escriben una larga historia sobre el cuerpo desnudo del otro.
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sol -
Celia -