A un GPS
Hoy quiero dedicar mi agradecimiento a un GPS muy especial, incluso antes de que se inventaran los mismos, guió mis pasos, habilidosamente, superando obstáculos, socavones y dificultades hasta conducirme a ti.
Desde entonces el giro monótono de la tierra se transformó en el de un Tiovivo divertido en que disfruto contigo; el aire, incluso en el más crudo de los inviernos, tiene olor renovado a primavera; y el corazón en algo más que un músculo que late para convertirse en ese sano esfuerzo cotidiano de conseguir que palpite a la vez que el tuyo.
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