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AIRES ABIERTOS

Aquellos ojos azules

Aquellos ojos azules Hace justamente, en estos días, veinte años en que me lancé de alguna forma al ruedo de la vida en Madrid. Visité por una sola vez en mi vida una oficina de empleo, tuve mi primer trabajo, abrí mi primera cuenta en el banco, más llena de telarañas que de pesetas, y empecé a oír hablar de eso de la Declaración de renta.

Eran los tiempos de la movida, del no a la OTAN, de la Orquesta Mondragón y de Tierno Galván; en que era más famoso el barrio de Malasaña de lo que hoy pueda serlo Chueca. Con tantos movimientos no fue extraño que mi corazón también pegara un salto y se orientara hacia una amiga, nunca he conocido unos ojos azules más bonitos, con la que compartía trabajo y hora de comida. Yo iba notando como aquellos ojos me iban cautivando, de tal forma que a la vez que me daban ganas de vivir me quitaban las ganas de comer. Un día me decidí enfrentarme a ellos frente al portal de su casa, junto al Rastro. Aquellos ojos se abrieron mucho y yo marché cabizbajo, sobre todo cuando supe que tenían dueño. Todo ocurrió poco antes de marcharme de vacaciones.

Cuando volví al trabajo temí verlos de nuevo, pero ellos me siguieron mirando igual. Y yo, aunque fuera a distancia, seguí admirándolos. Con los años no los perdí de vista y de vez en cuando me alegro al verlos. La gran ventaja de los ojos sobre el resto del cuerpo es que no se llenan de arrugas, aparentemente no envejecen. La última vez que los vi, hace unos meses, seguían tan azules pero un gran golpe que le había dado la vida les había restado gran parte de su brillo. La semana pasada me llamó y a través de sus palabras me encantó captar que el brillo de aquellos lindos e inolvidables ojos azules se estaba recuperando.

2 comentarios

lunaaaaa -

porque su brillo no es fisico...sino interior...viene de su alma...que ya hace 20 años captaste tú..........

Darilea -

Creo que no hay mejor baño
que un baño en la ilusión de unos ojos con brillo, la energía que supone ese manantial aportan un gran bien estar. Por eso me gusta mirar a los ojos de las personas que tengo de frente.
Un beso y es un placer leerte.