Fusión
Arrojó su vestido, de cualquier manera, sobre una silla. Su cansancio no le daba para más. Y desnuda se tendió sobre la hierba del jardín que, en esta noche de luna llena, pareció abrazarla tomando sus formas. No había parado en todo el día y su cuerpo se resentía del esfuerzo realizado.
Hacía calor, a través de sus pestañas semicerradas pudo atisbar las gotas brillantes de sudor que, a semejanza de pequeñas perlas, cubrían todo su cuerpo. Era la hora, ella estaba preparada…Él debía estar a punto de llegar y el anhelo de que llegara cuanto antes se tornó en desesperación. ¿Por qué tardaba tanto? Ella cerró los ojos y como queriendo atraerlo antes de tiempo, deslizó muy suavemente sus dedos en torno a sus pechos.
Sin hacer ruido, el entró en tan silencioso como la brisa y, casi sin darse ella cuenta, fue deslizándose, invisible, hasta esa figura deseosa. Poco a poco fue relajando aquel cuerpo, sus extremidades quedaron laxas, una extraña sensación la recorrió por entero hasta que al fin, la penetró profundamente haciéndola suya. Fue, entonces, dominada y fusionada por ese sueño que, era a quien ella esperaba, cuando quedó profundamente dormida y respiró suavemente.
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prometeo -
Isabel -