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AIRES ABIERTOS

Modos de expresión

Una de las cosas por la que he abierto el blog es como modo de expresión. El expresarnos es una necesidad que todos llevamos dentro y que intentamos subsanar con mayor o menor fortuna. Todos necesitamos sacar afuera eso que guardamos en nuestro interior, seguro que no es todo, pero sí al menos esa parte que nos gustaría compartir y sacar de los límites que nos impone nuestro cuerpo.

No siempre es fácil el expresarse, ya que condicionamientos síquicos o físicos limitan ese deseo. En cuanto a los medios también son variados. Sobre todo hay dos formas orales y escritas. Las dos tienen sus modos y peculiaridades.

La escritura siempre parece que es una forma de expresarse más pausada porque aunque se escribiera tal como va saliendo siempre cabe la posibilidad ir pensando e incluso borrando lo que escribimos para que nuestra expresión sea “más nuestra”. La carta es una de las formas de escritura, ha quedado como resabio romántico y peculiar de otras épocas. Es un género en desuso del que me considero ferviente admirador y aunque pocos se aplican al escribirla, a todos nos da gran alegría recibir una de un ser querido, donde vemos el trabajo que se ha tomado por nosotros, desde coger el papel y escribirla hasta poner el sello y buscar el buzón. El correo electrónico es el que está más de moda, permite enviar a la otra parte del globo nuestras ideas con un simple tecleo. Algo similar a lo que ocurre con los mensajes de móviles, pero estos por su tamaño necesitan más capacidad de concreción. El chateo el modo de expresarse más “sospechoso”, sobre todos para los que no conocen Internet, forma de acercamiento entre personas que nunca se encontrarían en la vida real.

En cuanto a la forma oral tenemos el teléfono. Donde el gran rey actual es el móvil. Ese instrumento práctico pero incómodo que, en manos de maleducados, nos hemos acostumbrado a su estridencia hasta en los lugares y situaciones menos oportunas. El teléfono aproxima, las modulaciones de voz nos retratan a quien no vemos y a ser insoportables los silencios, uno se aburriría con un teléfono pegado en la oreja del que no sale sonido alguno, a veces origina aturrullamiento y obliga a una mayor espontaneidad.

Y por último tenemos la conversación con otra persona. Este es el modo de expresión más directo aunque condicionado por la personalidad del que se expresa; hay gente de pocas palabras, otras de verbo fácil y desinhibido. Algunos que se expresan mucho con pocas palabras y otros que no dicen nada en largas retahílas. Al fin hay otro grupo que a modo de “terroristas verbales” sus palabras fluyen ocasionando tormentas y vergüenzas ajenas alrededor, para colmo tienen la habilidad de que usan lo que otros le dicen en privado o confianza para utilizarlo como contraargumentos. Son gente que, salvo que sean más estúpidos, todavía, de lo que demuestran, se percatarán que a su alrededor cada vez hay más silencio, porque ¿quién se va a atrever a contarles algo?

5 comentarios

odemaris pereyda prieto -

este articulo no me sirvio.Apestaaaaaaaaaaaaa.

ñ.ñ
locos

kariina -

sheii
ola!!
aki pasando pfffff
geniial el comentario eh
si k si
biie

tierra -

me gusto mucho el comentario pero me gustaria que publicaran otro mas creo que hay mas pero no lo saben expresar tal vez

andrea -

hola y adios

Agua -

Gracias por el comentario...sabes? me gusta tu espacio he estado paseando por él!

Volveré

Un beso en la punta de la nariz