Blogia
AIRES ABIERTOS

Una caricia nocturna

Una caricia nocturna

         Era de madrugada. Cuando en la calle se escucha el silencio y en la habitación el sonido de las respiraciones. Me desperté cuando sentí unos dedos que introducidos en mi pijama me acariciaban con fruición. Recorrían y ondulaban mi anatomía inferior, mientras yo disfrutaba de la calidez de sus caricias. Yo estaba en duermevela, sacudido por esa alegría, ya casi olvidada, de la caricia a medianoche, del impulso enajenado que provoca el deseo y del sentimiento de intimidad provocado por dos pieles que así interaccionan.

        Callé y con los ojos cerrados seguí disfrutando hasta que otra sacudida, fruto de una repentina ocurrencia hizo que abriendo despacio mis ojos y con la única luz de la penumbra nocturna dirigiera la mirada hacia mis manos. La izquierda se recortaba en el aire, mientras la derecha... un poco colorada, por haberme conducido al engaño, a pesar de la negrura ambiental salió del seguro refugio del pijama y de juguetear como lo había estado haciendo hasta ese momento, oliendo a ese olor que alguien, un día, me dijo que le enloquecía.

2 comentarios

Sol -

Vaya..Vaya.¡¡¡
desilución...?..
olores que embriagan y seducen el deseo..echo canción..
sonrisas para ti

buen fin de semana ¡¡


Sharazad -

¡Sorpresa, sorpresa....!!

Te gustará... aunque a mí más. Ja ja ja!

Olor a sexo... animal, enloquecedor, despertar de los sentidos....

¿Se te dormió la manita? Aysssss!;-)