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AIRES ABIERTOS

Aquel descubrimiento

Aquel descubrimiento

     Ha pasado mucho tiempo, el suficiente como para excusarme si los recuerdos se hubieran difuminado, pero te puedo asegurar que permanecerán en mi memoria sobre muchas vivencias posteriores. Nos conocimos en pleno invierno donde sólo dejabas al descubierto esos ojos y manos con los que me envolviste en tu tela de araña y me sedujiste. Cuando llegó el verano y fuimos a la playa y, sobre todo, te vi con tu bikini, entonces fui cuando descubrí tu ombligo y su cercanía a mí, tornó la seducción en locura.

     Bajo aquel sol de julio brillante, tu hoquedad redonda, minúscula y oscura resaltaba en tu vientre atrayéndome de manera irresistible. Disfruté la mañana y mientras soleabas tu barriga blanca, yo te arañaba cariñosamente aquella protuberancia oculta. Sentía pequeños calambres que a través de mis dedos recorrían todo mi cuerpo excitando, incluso, aquello que ocultaba al estar boca abajo sobre la arena. Cuando te fuiste al agua y mientras veía alejarse tu cuerpo oscilante hacia la espuma de las olas, aún sentía mis dedos electrizados. Al volver, con ese brillo nuevo del agua sobre tu piel, a colocarte en la misma posición tu ombligo aparecía, ahora, cubierto de agua salada. Introduje la punta de mi lengua en su interior, originando en la quieta agua de aquél olas de placer, como si retozones peces brujulearan en sus profundidades. Aspiré el fluido e intenté secarte con lametones que sólo conseguían humedecerlo más.

     Tu piel quedó seca menos aquel agujero. Llegó el atardecer y seguía yo en aquella distraída labor. No sé por qué dijiste que estabas harta. Y en un gesto sorprendente. Te quitaste tu ombligo y me lo diste. Para tí, para siempre; me dijiste con unas palabras que se fueron perdiendo contigo mientras te alejabas hacia el lado opuesto al horizonte.

     No, no olvido tu ombligo, lo tengo bien guardado en un cajón y juego con él de vez en cuando, pero no sería capaz de recordar tu cara. Sin embargo, cuando paseo por la playa sé que te reconocería, sólo tengo que fijarme en una que tome el sol con una barriga sin ombligo.

4 comentarios

Elsa -

Me encanto, me trae recuerdos, por cierto me gustaría que me permitieras poner un link al tuyo en mi blog, pudo?.

Elsa -

Me encanto, me trae recuerdos, por cierto me gustaría que me permitieras poner un link al tuyo en mi blog, pedo?.

DArilea -

Encontrarte entre la extensa llanura de la playa y volver a colocar un ombligo en su regazo...
Besitos.
Pd: Ha sido un placer, volver a encontrarte, te leía hace mucho tiempo.
Volveré.

mentacalida -

Ja!...buen final.
Un abrazo.