Ausencia
Desperté en mitad de la noche al escuchar los pasos de tu ausencia. Mi cuerpo desnudo estaba ahogado en sudor por el calor de agosto. Por la ventana abierta escapaban tus besos escarchados en carrozas de negros corceles. Caricias teñidas de rojo pintaban frases en las paredes de mi dormitorio. Estremecimientos y temblores copaban el aire, la tersura de tu piel alfombraba mi pasillo. Entonces fue cuando tu ausencia envalentonada creció tanto que empujándome hacia un lado de la cama, me obligó a coger la sábana y taparme con ella.
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JOANFERDINAND -