Sólo un instante...
cuando nos despedíamos, me perdí en la hoquedad de tu cuello, pero lo suficiente para revivir una montaña de sensaciones dormidas, mucho más gratificantes que otras, largas y penosas, horas haciendo el amor.
cuando nos despedíamos, me perdí en la hoquedad de tu cuello, pero lo suficiente para revivir una montaña de sensaciones dormidas, mucho más gratificantes que otras, largas y penosas, horas haciendo el amor.
1 comentario
Martha -
Besitosss!