¿Viaje a ninguna parte?
Te montaste en un vuelo con destino incierto, ibas sin miedo, intuías que el piloto era diestro y avezado. El trayecto fue mucho más maravilloso de lo que nunca imaginaste. Disfrutaste de piruetas del todo desconocida y sentiste como la adrenalina subía más arriba de la mayor de tus cimas, mientras sobrevolabas, cosquileándolas, nubes de algodón y dejabas atrás todas tus tormentas. Paisajes maravillosos cruzaron ante tu vista, que hicieron brotar en tu interior ilusiones de seda que acolcharon tu espíritu. El aterrizaje fue suave sobre terrones mullidos de hierba con olor a primavera recién regada.
De pronto pareció que habías despertado de un sueño y la vida a empellones te sacó con prisas de aquel aparato, sin tiempo para mecerte en los recientes recuerdos y durante unos minutos todo pareció acelerarse ante tus ojos. Al fin llegaste a ninguna parte, tus pies se detuvieron, el tiempo cesó y hasta el canto de los pájaros enmudeció. Fue, en ese momento, cuando te diste cuenta de que lo más maravilloso de todo ese viaje es que te habías acercado, sin darte cuenta, al centro de ti.
3 comentarios
Isabel -
Lydia -
Gracias...
Un besito.
Lydia
prometeo -