Con-jugando
Con gesto decidido se quitó el flequillo de la cara. Afiló el lápiz, se le hacía extraño, después de tanto tiempo, el tacto de su superficie en la yema de los dedos. Apoyó la fina punta sobre el papel en blanco, muy despacio, y, al fin, se decidió a escribir con letra casi caligráfica:
Yo amo
Tú amas
Él ama
Nosotros amamos
Vosotros amáis
Ellos aman
Se miró al espejo que tenía enfrente y esbozó una sonrisa de satisfacción, al comprobar, que todavía, habiendo llegado a una edad madura, era capaz de conjugar en presente el verbo Amar.
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