Como una guitarra...
Soy una vieja guitarra de madera carcomida, agrietada por el devenir de los años, con hendiduras abiertas y arrumbada contra la pared. De cuerdas herrumbrosas y destensadas incapaces de armonizar la más sencilla melodía. De piel opaca por una pátina de polvo acumulado por el lamento continuado del aire, sobre la que caminan arañas laboriosas que me enredan en hilos pegajosos.
Pero aún me sobran fuerzas para soñar contigo y en ese día que me arranques de este destino aciago, me untes con mágico barniz, abrillantando mi epidermis y cauterizando mis quebrantos.
Deseo crecientemente que tus manos, artesanas de las delicias, actúen sobre mí para que seamos capaces de entonar al mundo esa sinfonía que siempre anhelé.
5 comentarios
Lludria -
aprendiza de risas -
El verano pasado, en una salida al río con unos amigos, uno de ellos llevaba una guitarra. Después de un rato se me ocurrió cogerla y me puse a tocarla. Mis amigas flipaban de ver que la sabía tocar! Fue muy divertido, nos reimos y claro, mi repertorio era tan demodé que aún reíamos más y más...
Un placer leerte. Gracias por tu visita.
Besos en partitura,
Noa- -
Comunión entre madera y viento, cantando caricias.
Gracias por tu paso y tus palabras en mi rincón.
Saludos
malefica -
Un beso fuerte, tócala tu también, niña, tu también¡
Sur -
A veces se pueden disponer de fuerzas para barnizar nuestras propias vidas y ofrecerle un sentido similar al que queremos conseguir, pero otras veces necesitamos ayuda, ya que cuando la paciencia esta a punto de colmarse llegaríamos, incluso, a pedirla en forma de gritos si hiciese falta. Al menos me he sentido así muchas veces en éstos últimos años.
Deseo enormemente no desfallezcas en tus fuerzas soñolientas y una cosa importante: que sepas apreciar dichas fuerzas.
Ten a buen seguro que las manos que mencionas comenzarán a fabricar una sinfonía magnífica e inolvidable hasta desaparecer el anhelo que sientes en éstos instantes.
Una sonrisa de mí hacia ti.
Sur
P.D.: Y pensar que hace escasas horas estaba bailando por soleá y necesitaba una guitarra para marcar los acordes. Menos mal que utilicé el designio.