A tu "lado"
Tu presencia silenciosa quebró mi sueño y el rumor próximo de tu respiración excitó mi amanecer. Torpe, acostumbrada a tantas frustraciones mis dedos trataron de encontrarte a mi lado...aún sintiéndote tan lejos. Pero sí, estabas allí, tumbado junto a mí, cuando alargando, levemente,mi brazo exploré bajo tu pijama el tacto anhelado de tu piel. Mis uñas, arregladas la noche anterior, para ese encuentro que nunca se da, arañaron con suavidad tu pecho, perdiéndose en su maraña de pelos, agitaron tus tetillas y danzaron sobre tu barriga, bajaron por tu pubis, ¡buscándote! Pero tu sexo permanecía despistado pendiendo, displicentemente aburrido y desinflado, sobre tu muslo.
Permanecías estático, a pesar de que yo estaba atenta a la mínima de tus reacciones de respuesta, siempre esperanzada una vez más decepcionada. Mi cuerpo empezaba a arder de un deseo no satisfecho y aburrida del esfuerzo y del desperdigado empeño, abandoné el contacto del tuyo. Mis manos volaron sobre mi piel posándose en su tersura e intentando calmarla, sin importarme si tú eras consciente de ello. Acaricié mis pechos, redondeando sus formas con mis dedos y apretando con fuerza mis pezones. Sentí que mi respiración se aceleraba, la tuya permanecía quieta. Me gustó recorrer la suavidad de mi piel y sentir como los dedos resbalaban como por un cauce hasta mi mágica hendidura. Agité mis recovecos, mientras tú, ausente del todo, te levantaste sin decir nada al cuarto de baño. Coincidió el sonido del grifo con la intensa sensación de humedad que se me deslizó entre los muslos, mitad placer físico, mitad desangrado síquico. Y mientras mi cuerpo se agitaba , ahora mucho más libre en la soledad de aquel colchón, con movimientos desenfrenados, un gemido largo y de placer brotó de mi garganta, acallado por el ruido del agua de la cisterna que acabas de pulsar.
Mis lágrimas empezaron a teñir tu lado del colchón, una humedad que no percibirías porque cuando te acostaras, por la noche, volvería a estar seca.
6 comentarios
Prometeo -
tejedora -
Un abrazo.
http://tejedoradepalabras.blogspot.com/
Lydia -
Isabel -
Calila -
Pero creo que lo peor de todo es la frialdad a la que uno se encuentra y que no hay herramienta lo suficientemente caliente para derribarla cuando el otro no lo quiere asi.
Saludos y felices fiestas.
Alma -
Felices Fiestas
Besos salados